La esquizofrenia es un
transtorno mental severo cuyos síntomas
provocan, muy especialmente, un deterioro de la calidad de vida del
afectado.
En un primer estadio de la enfermedad, y a lo largo de la misma si no es
tratada, la persona sufre de delirios y alucinaciones, su mente se vuelve
desordenada y entra en un proceso depresivo que debe ser tratado
convenientemente.
Existe la posibilidad de que la
esquizofrenia pueda surgir de súbito,
con ausencia de síntomatología previa o que vaya avisando de que la persona está
a punto de sufrir un episodio de esquizofrenia. Es muy importante que a la menor
señal se ponga en contacto con un profesional de psiquiatría, que será quien
mejor sepa valorar y aconsejar en cada caso.
No existe una pauta de comportamiento en la personalidad esquizoide, puede
aparecer tanto en hombres como en mujeres, si bien es el hombre el que muestra
síntomas tempranos antes que la mujer.
Entre las posibles causas que pueden generar una esquizofrenia se valora el
pulso genético ya que la experiencia muestra un patrón de conducta del trastorno
en el que la herencia familiar juega un papel preponderante.
Es necesario conocer qué síntomatología puede generar para poder reconocerla
mejor, estos síntomas podríamos dividirlos en dos áreas del comportamiento
humano, la primera de carácter mental, y la segunda de carácter social.
Como síntomas de carácter mental, estos se manifiestas de la siguiente forma; La
esquizofrenia provoca alucinaciones y genera estados alterados de las emociones,
es habitual los episodios donde el paciente cree estar percibiendo olores o
sintiendo "cosas" que en realidad no existen.
Podemos valorarlos mejor en la presente lista:
- Alteración de las emociones y estados de conciencia
- Percepción de sensaciones inexistentes
- Distorsión de la realidad (se crea una realidad paralela que sólo existe en su
mente)
- Delirios y alucinaciones
- Actitudes y comportamientos paranoides
- Falta de emotividad
- Depresión
- Desorganización
Nunca se deben minusvalorar estos síntomas creyendo que solo se trata de un
malestar pasajero. Es muy importante, por el bien de la persona, que a la menor
señal de cualquiera de estos síntomas, la familia se ponga en manos de un
especialista en
Psiquiatría lo antes posible.
En cuanto al tratamiento; Podríamos decir que se basa en dos conceptos
inseparables el uno del otro, en primer lugar se tratan los síntomas psicóticos
y en segundo lugar el trabajo del profesional en psiquiatría se centra en
impedir que se produzcan recaídas.
Finalmente, algo muy importante y que ningún familiar puede obviar, el éxito del
tratamiento depende mucho de un riguroso seguimiento tanto por parte del
paciente como de la familia. En ocasiones ocurre que el propio paciente es quien
no ve ninguna necesidad para continuar con su tratamiento, la familia es muy
importante si se da este caso.
Por lo que NO se debe permitir bajo ninguna circunstancia, excepto por una
puntal valoración o indicación de su psiquiatra, que el paciente se automedique
por un lado o, lo que no reportaría ningún beneficio a su salud, que renuncie a
seguir con el tratamiento preescrito por el médico psiquiatra.