Es muy importante tener en cuenta el concepto de que no son en sí mismos enfermedades, como tales, sino formas extremas de ser.
Los rasgos de la personalidad son variantes de la normalidad, y que por tanto no tienen porque conducir hacia el desarrollo de un trastorno de la personalidad.
Los trastornos de personalidad sueles ser formas de comportamiento duraderas y profundamente arraigadas en el paciente, que se manifiestan de manera inflexible como modalidades estables.
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miércoles, 5 de septiembre de 2012
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