 
 
Aunque suele ser un término que escuchamos habitualmente, el 
trastorno de la personalidad no está considerado propiamente como una enfermedad, ya que, como su propio nombre indica, 
es una alteración de la conducta de cada persona. 
Desde
 que nacemos, una serie de características y rasgos marcan y definen 
nuestra personalidad mental: ariscos, prepotentes, indecisos, 
dependientes… En definitiva, el modo en el que cada persona se relaciona
 con la sociedad y con su entorno.
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Salud Mental